domingo, 30 de marzo de 2014

Las adicciones y el sistema cultural

El sexo desintegrado (sin amor por uno mismo ni por el prójimo, lleno de límites a causa de los miedos, la sensación de pobreza y hambre) es como masturbarse las propias heridas emocionales concientes e inconcientes, las carencias internas. Uno quiere saciarse, pero nunca lo logra, porque la masturbación a la larga trae más ganas. Estimula aquello que debe ser descifrado, integrado y acariñado. La propia oscuridad: sueños irreproducibles, pulsiones incomprendidas, emociones destructivas, nervios, apegos, vergüenza, rabia, miedos inconfesables, etc. Todo esto sería más fácil de aprender si a uno le enseñaran a escuchar el sentir del propio cuerpo emocional, y no sólo a memorizar datos. Más difícil aún es saber esperar (alimentar eso que llaman 'conciencia de proceso', que tiene avances y retrocesos), porque el cuerpo tarda en regenerar sus capacidades, traer calma, dar respuestas. Afuera de la piel, todo el sistema cultural ruge para que uno quiera saciarse en estímulos externos. Uno divide sus relaciones, se hace adicto a la tele, al consumo, al sexo ("hay que aprovechar", dice el mandato. "Mételo no más". "Come antes de que se enfríe"). Pura masturbación. Pura infelicidad. Se vive en las heridas y miedos del pasado o en la ansiedad y también el miedo por el futuro. Mientras más infeliz, más utilidades para el sistema. ¿Por qué esto no está en las discusiones públicas? ¿Por qué sólo habla de macroeconomía, políticas públicas abstractas, presupuestos, proyectos empresariales, protestas, noticias policiales y fútbol? ¿Y lo que sentimos? ¿Y todo lo que tantas personas han escrito y descubierto por milenios como claves para que las personas seamos felices? Nadie dice nada.

3 comentarios:

  1. ya no queda esperanza, las antiguas profecías del trash y el apocalipsis se fusionan y fisionan como la bomba de hidrógeno; para que todo cambie debemos retroexcavar toda la tierra y rellenarla de nuevo, debemos tener cerca otro planeta eso si, abrazo. H.C

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  3. Yo creo que mucha gente vive platónicamente, consciente e inconscientemente, como si el cuerpo o la esencia estuviera separado de las ideas, como si fueran una mala copia.
    ¿Cómo es posible que aquello por lo que algo es lo que es no resida en el objeto sino fuera de él?. ¡Paf!.
    Y además al sistema no le conviene que seamos felices, y la gente lo acata recibiendo parches para todo, como hipnotizados.

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