viernes, 1 de febrero de 2013

Biodanza, el primer beso

Pobrecitos nosotros. Tan deformados por el intelecto soberbio y ganador. Tan afanados por el blablá y poco dados al silencio, a la espontaneidad infantil y a la experimentación corporal y sobre todo colectiva… Parto de esa lectura quejumbrosa (pero sin miedo a la pena). Desde ahí me remonto a este primer beso con la Biodanza, 'poética del encuentro humano' creada por el chileno Rolando Toro, con más de 4 mil movimientos y dinámicas colectivas (tan “mamíferas”), fundidas con música orgánica para el trabajo específico de las distintas emociones y dimensiones de la humanidad… Pero ¿por qué el Verbo me rehúye? ¿Qué le pasa a la Palabra? Siempre viene amistosa a mí y ahora se las da de niña reservada. Así no se puede… Salta el inconciente, las sombras tempestuosas y submarinas de la propia psiquis. Hacer el amor en la penumbra, con la 'Aria' de Bach como sonido de fondo, y responder con danza cuando después te preguntan cómo te sientes. ¡Qué es esto? Llegar con tan poco temor a meditaciones mucho más profundas: La Biodanza como un Virgilio que te lleva de paseo al Infierno, con pretensiones de juntar tu luz y tu sombra interior. Te sitúas en las emociones como si fueran el epicentro de la vida. ¿Acaso lo son? Es como una invitación a danzar todo, dejar que el cuerpo hable por ti… Damas y caballeros, cumplo con informar que no entiendo nada… ¡pero se siente tan bien!

1 comentario:

  1. Recuerdo tambien mis encuentros con la biodanza. Se siente bien verda', extraño bailar así y sentir como algo jermoso aflora mas alla sel placer del baile

    ResponderEliminar